Con gusto te compartimos una recapitulación de lo que ha pasado con el proyecto de "La casa de las infancias" de Educambiando ALC y la evolución del proyecto.
El proyecto Educambiando empezó por una insatisfacción con el sistema escolarizado y por una inspiración a hacer algo al respecto. Cuando Abi y Yeremi se conocieron, de compartir ese espíritu combativo contra la escolaridad, surgió la chispa y la energía para empezar a imaginar y soñar. Fue descubrir que había otras formas posibles de llevar a cabo la educación, conociendo otros proyectos que usaban maneras más amorosas y genuinas de acompañar a las personas. No estaba del todo claro qué era, pero sabían que el objetivo no era educar alumnos, sino acompañar seres humanos. Rápidamente se unió Gainko y, gracias a una poderosa química en el equipo, a la motivación y a las ganas, Educambiando vio la luz y comenzó la aventura.
Durante los primeros dos años, como una revelación, se volvió evidente el poder del nombre Educambiando. El “cambiando” nunca dejó de impregnar al proyecto, ya que siempre se estaba moviendo. Primero fue mucho probar y experimentar, y cuando llegó Rubén con la propuesta de los Centros de Aprendizaje Ágil, llegó mucho de lo que habíamos estado buscando. Entonces poco a poco se fue construyendo algo que no existía antes, por lo menos no en México, una nueva cosa con un formato muy particular. Y a esto nuevo se sumaron muchos elementos, la casa de Rancho Viejo, un lugar espectacular, las familias comprometidas que nos siguieron incluso cuando nos mudamos, el cobijo del bosque y la magia de los niños, niñas y jóvenes. Entonces nos volvimos parte de la red ALC y Educambiando se empezó a convertir en un vórtice. Empezamos los entrenamientos y laboratorios, surgió la agilizadora, los campamentos de verano, se creó un hervidero de familias, de facilitadores, de niños, niñas y hasta de organizaciones. Estábamos completamente inmersos en la creación de la cultura y en ver cómo el modelo ágil podía implementarse en muchos contextos.
Y los cambios siempre se dieron tanto afuera como adentro, ya que con la llegada de eso que nos llevaba hacia donde nos queríamos mover, llegó también la deconstrucción de cada quien como personas individuales y como equipo. Nos enfrentamos a la necesidad de hacer cambios en nuestras formas de trabajar y de relacionarnos, de acompañar. Fue todo un proceso de irse quitando capas de escolarización, de probar cosas y encontrar nuestro lugar. Y al mismo tiempo, dentro de esta deconstrucción personal, había que seguir escuchando a las familias, sus preocupaciones, sus dudas, malabarear entre las que ya estaban agarrando la onda y las que iban llegando sin conocer nada sobre los procesos y el modelo. Sortear a los niños y niñas que se aburrían y a las que apenas empezaban a experimentar con su libertad, encontrar un balance entre los ofrecimientos y el dejar que las cosas sucedieran.
En el 2019 fue el año en que pudimos consolidar mucho la cultura, ya no nos encontrábamos sin saber qué estábamos haciendo, se empezaron a ver frutos en los niños con respecto a los acuerdos. En ese tiempo también llegaron muchas personas nuevas, hubo un boom, Educambiando estaba lleno, en especial de personas chiquitas. Entonces vino una época de más estabilidad, donde se sentía más fuerza en el centro y empezamos a poner atención en que se llevara la cultura a la casa. Pusimos especial atención en formar a las familias, en convocar a talleres, y en crear seminarios de desescolarización para las familias recién ingresadas. Teníamos sesiones con las facilitadoras para mantener la cultura y las herramientas frescas. Hubo una consolidación de la cultura en todas las direcciones, hicimos más entrenamientos, y muchas personas empezaron a querer colaborar con Educambiando. Se empezó a notar que estábamos haciendo algo diferente.
Eso diferente que estábamos haciendo se empezó a ver reflejado en las niñas, niños y jóvenes que acompañábamos. Como aquellas que estuvieron desde pequeñitas y nunca conocieron nada más que Educambiando, quienes aún no sabían hablar bien, pero ya andaban por ahí viendo qué pasaba con los más grandes. Si hablamos de resultados ahora podemos ver toda esa autonomía, podemos ver una clara manera de reconocer y de observar patrones y hábitos. Cosas de culturas que están siendo perpetuadas en otros contextos sociales que no solo son capaces de reconocer, si no de decidir si aceptarlas o no. Pueden decidir qué les gusta, qué les divierte, qué les llama la atención de esas otras culturas, qué les sirve y que no. Tienen la capacidad de ver con una perspectiva más amplia, y no solo de encontrarse inmersas en una corriente que está ahí puesta y que ni se nota. Tienen la capacidad de entender que hay diferentes estructuras, y aunque no lo verbalicen ni lo definan, nos damos cuenta de cuán fácil les es reconocerlo.
Más allá de las habilidades para navegar las diferentes culturas, el sentido de agencia que estas personas fueron adquiriendo ha sido muy significativo. Desde la total libertad hubo personas que aprendieron a leer, a escribir, sobre geografía y sobre ciencias, conduciendo sus propias investigaciones. Otras personas aprendieron a tocar instrumentos, guitarra, piano, batería, bajo, aprendieron a programar, a diseñar videojuegos, a hacer animaciones en stopmotion y obras de teatro. Otras más desarrollaron su motricidad a través de diversas manualidades. La pregunta de qué quieres aprender, se convirtió en qué quieres hacer hoy, en qué te quieres volver bueno, qué quieres desarrollar que te da satisfacción. Los aprendizajes se fueron convirtiendo en peticiones, en ofrecimientos, en desarrollo de habilidades y todo se volvió muy multidisciplinario. Hubo clases de acrobacia, de telas, de artes, se sembraron muchas cosas en el huerto. Los adolescentes se empezaron a graduar con este sentido de agencia y con la libertad que les dio el poder reconocer en qué eran buenos y qué les gustaba. Estas personas jóvenes tuvieron tiempo suficiente para saber qué querían hacer con sus vidas en ese momento, eligieron carreras y caminos, decidieron si ir o no a la universidad, si viajar a otros países. Y emprendieron esos caminos con una amplia gama de habilidades y herramientas para la autoorganización y la resolución de conflictos, así como con un profundo conocimiento de sí mismas, para cada vez tomar mejores decisiones en la vida.
Además, podemos ver algo en estas personas que tiene mucho que ver con uno de los principios del modelo: las relaciones genuinas. Y esto va más allá de tratar de sostener una cultura de paz, de respeto, de tolerancia, de diversidad y de todos esos valores que queremos cuidar. Esta cosa que tiene que ver con las relaciones genuinas permite que, aunque todos y todas entendemos que queremos cuidar eso, también entendemos que estamos en un proceso y no nos juzgamos cuando no lo logramos del todo. Un espacio donde existe esto y las personas no tienen vergüenza ni prejuicios para poder realmente expresar su realidad, posibilita que se establezcan relaciones muy cercanas, muy honestas, muy verdaderas entre personas de edades muy distintas, y la verdad esto, no sucede en muchas otras partes.
Y qué decir de todo aquello que empezó a suceder hacia afuera. Cuando del aburrimiento comenzaron a surgir las ganas de hacer cosas más osadas, grandes proyectos como iniciar un podcast, Tembikai que mientras duró convocó a muchos jóvenes o Expresarte. Este último dio una muy buena impresión a los adultos de La Casa de Nadie, donde ocurrió. Incluso comentaron que los jóvenes estaban haciendo algo mejor de lo que muchos adultos hacían. Así aprendieron a organizarse y coordinarse, a resolver. Como en Patitas, donde todas jugaban con grados de responsabilidad bastante altos para su edad, recaudaban fondos, creaban eventos, bañaron y ayudaron a esterilizar a muchos perros y gatos.
Entonces Educambiando comenzó a ser un polinizador y a llevar semillas a otros centros y a otras organizaciones. Empezamos a tener impacto tanto local como nacional. Personas nos visitaban de otros países y sin necesariamente presumirlo o anunciarlo Educambiando se convirtió en un epicentro, en un ejemplo, en una buena referencia.
Sin embargo, detrás de todo este impacto y esta magia siempre existió el reto de la monetización. Ya que se empezó a hacer evidente que los grandes cambios que implicaba a las familias tener a sus hijos e hijas en Educambiando no generaba un negocio tan atractivo. ¿Cuántas personas realmente van a pagar por estos procesos de expansión y desescolarización? Y la falta de dinero nos empezó a llevar a estados de emergencia, de necesidad, siempre había que hacer algo para conseguir dinero, para sostener. Y con esto vino distracción por tener que estar buscando y solucionando. Y se vuelve evidente que en un sistema capitalista los proyectos tienen pocas rutas a seguir, o se convierten en negocios y entran a la rueda del capital, o son filantrópicos y altruistas. En sus inicios Educambiando comenzó como un proyecto para sostener nuestra forma de vida, pero realmente lo que estábamos haciendo era proponer un cambio social desde la educación, y eso no es un negocio del que alguien pueda vivir.
Entender esto, ahora, nos da la posibilidad de buscar otras maneras. Para evitar lo que tantas veces nos pasó, cuando llegaban familias en una sintonía perfecta, pero sin recursos monetarios. En un inicio por eso se creó la AC, y ahora, finalmente consolidada nos permite darle vida a cada uno de nuestros sueños y es hacia allá a donde nos queremos dirigir. Con esto, podemos dejar de buscar que sean las familias las que sostengan y aporten de sus bolsillos. Además, los talleres, las formaciones, el trabajo con familias, todo esto, la AC nos permite evolucionarlo a un nivel más amplio, donde, con más recursos podremos llegar a más personas sin que la vulnerabilidad financiera sea un impedimento. Y es aquí donde se vuelve a hacer evidente el “cambiando” dentro de nuestro nombre. Desde hacía tiempo la sincronicidad de la vida nos estaba hablando y diciendo “si se siguen quedando ahí, esto no se va a mover”. Ahora, el mismo proyecto, como una entidad viva, nos está forzando a dar esos pasos y a decir “hay que salir de esto, hay que transformarse en lo que sigue”.
Desde siempre, Educambiando como proyecto vivo que va más allá de lo que imaginamos nos ha ido diciendo por donde, nos ha magnetizado a las personas adecuadas, ha canalizado las ideas para poder ponerlas en práctica. El cambio se vuelve más evidente al ver a los adolescentes graduarse, al enfrentarnos a la insostenibilidad financiera, y finalmente al entender que incluso la casa física necesita renovación, mantenimiento y restauración lo cual nos impide poder seguir teniendo actividades ahí. Y lo que vemos es que, Educambiando ya creció y se convirtió en algo más que un ALC que sostiene una casa para niños y niñas. Ahora es un proyecto muy amplio que se dedica a crear vórtices de transformación y de cultura de paz.
Educambiando se transforma para convertirse en un semillero que posibilita la creación y desarrollo de iniciativas y proyectos que promueven el desarrollo integral del ser y la transición hacia el buen vivir, a través de la educación y la creación de culturas regenerativas de paz.
Educambiando se transforma, pero no olvida, todo lo aprendido, lo vivido y lo compartido, y sobre todo agradece.
Agradecemos al bosque y al río por cuidarnos siempre.
Agradecemos a Rancho Kalimba, a Naoli, Hiro, y su familia, por habernos cobijado durante 8 años. Por permitirnos tener un espacio que nos dejó explorar el aprendizaje y desarrollarnos en muchos aspectos rodeados de naturaleza y amor en un lugar mágico, el cual fue infinitamente apreciado y valorado por todas las personas que nos visitaron y formaron parte de la comunidad.
Agradecemos a todas las familias que confiaron, a las que se quedaron, a las que se fueron, a las que están y a las que vendrán.
Agradecemos a todas las personas que se formaron en Educambiando, y a todos los facilitadores, facilitadoras, colaboradores y colaboradoras que pasaron por aquí, fueron realmente ellas y ellos quienes hicieron el trabajo.
Agradecemos a Rubén por motivarnos y formarnos, gracias a él comenzaron los entrenamientos, él nos presentó el modelo.
Agradecemos a la red ALC porque nos ha dado mucho apoyo monetario y de soporte, realmente han sido una red para nosotros.
Agradecemos a los niños, las niñas y los jóvenes con mención honorífica, porque son ellos y ellas quienes nos han dado valor, y que han sido y serán siempre el corazón de Edu.
Agradecemos a las mamás y papás que se han involucrado y contribuido, que más allá de solo inscribir a sus hijas e hijos, formaron parte de la comunidad, tomando ese rol de estar presentes, de estar apoyando, de estar ahí.
Agradecemos a todas las personas que nos han dado regalos, que nos apoyaron para arrancar en el inicio, y nos siguieron dando muchos impulsos económicos para mantener el sueño vivo.
Y también agradecemos a las personas que donaron ahora en nuestra última campaña, sus regalos pondrán los cimientos para lo que sigue.
Con amor, Abi, Yeremi y Gainko
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