Auto dirección
¿La auto-dirección es dejarles hacer lo que quieran?
No, pensar así es un error, la auto-dirección busca que las personas desarrollen la autonomía y la autonomía sin contención se vuelve tiranía.
La auto-dirección requiere que nosotras, las personas adultas, aprendamos a apoyarles para que puedan hacer lo que quieren hacer, crear y aprender, sin interferir en sus procesos. También nos toca aprender estrategias y conocer las herramientas que nos ayudaran en estas rutas de apoyo.
El aprendizaje auto-dirigido, para quien lo práctica, significa desarrollar una serie de habilidades para potenciar las capacidades humanas, sociales y personales que les permitan explorar y reconocer las diferentes áreas de conocimiento. Este desarrollo de habilidades puede suceder a través de experiencias en el juego libre (si hablamos de personas de corta edad), o a través de las relaciones y vínculos formados entre personas que comparten intereses ya sea por edad, condición o contexto. El juego libre junto con las relaciones y vínculos, son componentes esenciales para crear el espacio y entorno adecuados para que la curiosidad y la motivación por aprender sucedan de forma natural.
Cuando se juntan las condiciones necesarias, practicar la auto-dirección puede llevar a la persona (niñ@s, jóvenes o adultos) a tomar mejores decisiones, con una mayor claridad y sabiduría. Es entonces cuando surge en las personas la capacidad de elegir lo que es necesario aprender para poder lograr metas y concretar objetivos en aquellas áreas de la vida que les resulten apasionantes. De igual manera, se empieza a desarrollar la habilidad de gestionar proyectos, desde los más simples hasta los más ambiciosos.
El aprendizaje auto-dirigido también es permitirles tiempo y espacio para reconocerse a sí mism@s como personas, y darle importancia y valor equitativo a sus opiniones. Es acompañarl@s en el proceso que implica aprender a reconocer sus necesidades. Para después aprender (junt@s madres, padres y niñ@s) a satisfacerlas. Ya que una vez que las necesidades son satisfechas, el enfoque puede quedar libre para aprender y materializar los sueños, sin tener que gastar energía en satisfacer necesidades a través de estrategias tóxicas y/o autodestructivas.
Se vuelve evidente entonces, que es necesario integrar muchas prácticas para lograr un aprendizaje integral dentro de la auto-dirección. Prácticas colaborativas, la resolución de conflictos, la apertura al diálogo, la auto evaluación, la gestión emocional, el empoderamiento personal, la organización personal, el desarrollo de autonomía y el sentido de agencia, son algunas de las prácticas, conceptos y herramientas que se hacen presentes en lo que llamamos "creación de la cultura Intencional", y todas en conjunto forman parte del aprendizaje auto-dirigido.
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